Antecedentes históricos
La introducción de los tubos de vacío a comienzos del siglo XX propició el de la moderna. Con estos se hizo posible la manipulación de señales, algo que no podía realizarse en los antiguos telegráficos y telefónicos, ni con los primeros transmisores que utilizaban chispas de alta tensión para generar ondas de . Por ejemplo, con los tubos de vacío pudieron amplificarse las señales de y de débiles, y además podían superponerse señales de a las ondas de . El desarrollo de una amplia variedad de tubos, diseñados para funciones especializadas, posibilitó el avance de la tecnología de comunicación radial antes de la II Guerra Mundial, y el desarrollo de las primeras , durante la guerra y poco después de ella.
Hoy , el transistor, inventado en 1948, ha reemplazado completamente al tubo de vacío en la mayoría de sus . Al incorporar un de materiales semiconductores y eléctricos, el transistor permite las mismas funciones que el tubo de vacío, pero con un coste, y potencia más , y una fiabilidad. Los progresos subsiguientes en la de semiconductores, atribuible en parte a la intensidad de las investigaciones asociadas con la iniciativa de exploración del espacio, llevó al desarrollo, en la década de 1970, del integrado. Estos pueden contener centenares de miles de transistores en un pequeño trozo de material, permitiendo la construcción de electrónicos complejos, como los de los microordenadores o microcomputadoras, de y vídeo, y satélites de comunicaciones.
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